Juan Luis Guerra, dedica sus trabajos a Jesús, su Salvador y Guía; yo agrego, mi revolucionario de siempre.
A cada uno de mis hijos…
A Eduardo Noé, filósofo. Me has enseñado que cada día el hombre aprende algo nuevo, antes de ir a dormir. Verdad: la vida es un aprendizaje constante. Gracias, padre, porque aún estás conmigo.
En forma especial, a la sangre de mi sangre, Eduardo Rafael, mi nieto y a Valentina María del Jesús que tiene la misma edad que el borrador de estos Sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario